lunes, 14 de enero de 2013

LA BIBLIOTECA DE HIJAR (LAS GABIAS) SALE EN EL IDEAL

El pasado día 28 de noviembre en el periódico IDEAL, esta Biblioteca y su bibliotecaria Ruth Galindo salió mencionada por su gran hacer y lo bien conformada y distribuida que esta la Biblioteca.. La carta se llamaba “ UNA BIBLIOTECA MUY PARTICULAR” en la sección Opinión, “Cartas al Director”. Podéis leer como narra este hombre su encuentro y opinión con dicha Biblioteca., sin lugar a dudas una historia preciosa y digna de mencionar.
Doy las gracias a Don Miguel Puche el autor de este escrito por la consideración que ha tenido al expresar su opinión acerca de la Biblioteca y la bibliotecaria de Hijar. Es un motivo de alegría y una novedad recibir este tipo de mensajes, puesto que es la primera vez en la historia de las Bibliotecas y de Las Gabias que una persona escribe al periódico hablando tan bien de su biblioteca. Pero no queda hay la cosa puesto que también estamos recibiendo cartas de la Junta de Andalucía, Ministerio de Cultura y otras muy importantes instituciones, dándonos la enhorabuena por nuestro trabajo y felicitando a Ruth Galindo.
De nuevo muchas gracias Don Miguel, por dar a conocer a todo el mundo (puesto que también se publica en Internet) tu historia con esta biblioteca. Y seguidamente dejo expuesto su carta.
 
UNA BIBLIOTECA MUY PARTICULAR

            Como lector y escritor, como se puede suponer me intereso por el mundo de los libros y de sus continentes, esto son librerías y bibliotecas.
            Por amor a lo rural, desde hace tiempo huí de la vorágine de la ciudad y me refugié en los pueblos de la vega granadina, y así imaginé que debería de haber ganado en salud. Pero la naturaleza de cada cual, al parecer, impone su propio criterio y ni los aires más puros ni el sosiego del canto de los pájaros y el viento es capaz de someterla. Esto me lleva, con la periodicidad que lo requiere, al consultorio de Hijar, Las Gabias, a repostar la medicación necesaria que mi organismo demanda según prescripción facultativa.
            Este consultorio, inmerso en un centro polivalente, en medio de un entresijo de calles paralelas, impersonales, de casas adosadas, tiene la gracia de poseer en su parte alta una biblioteca.
            Un buen día, que el ritmo laboral me lo permitió, decidí subir la escalinata. Y cierto es que no lo hice con mucho entusiasmo. Sería una biblioteca rural más, con los mismos libros, la misma disposición y, además, perteneciendo a una pedanía (ni tan siquiera a una biblioteca principal de un pueblo), me temí deficiencias y sin vida, quizá por aquello de los prejuicios que tenemos preestablecidos.
            Cual no fue mi sorpresa cuando la vi. Me desdije al instante. Estaba bien conformada y muy bien distribuida. Y lo comprendí al momento cuando contacté con la persona responsable de la misma: Ruth Galindo. Lejos del hieratismo que suele marcar a los bibliotecarios, el celo que ponía esta mujer en su trabajo, justificaba el buen clima de esta biblioteca. Su forma apasionada, hizo que me interesara por todo lo concerniente a la misma. Me presentó la revista «El Torreón» que, hasta ahora, no sabía de su existencia. Me dio a conocer la dirección de correo de la revista y de la biblioteca. A través de esto, he sabido el magnífico trabajo que se desarrolla en esta biblioteca, la cantidad de actividades que se hacen, la hermandad que existe con otra biblioteca de una ciudad del estado de Guanajuato (México), y lo que más me ha sorprendido es que de una población de unos 4.000 habitantes que tiene Hijar, el 25 por ciento sean socios de la biblioteca. ¡Inimaginable! Teniendo en cuenta que no se ha dado en este barrio cita la elite cultural del país. Yo he vivido en este anejo 10 años y sé de mis convecinos.
            Por el amor que le tengo a la cultura, quiero agradecerle a Ruth, su buen hacer, su gran amor por los libros y su capacidad para haber hecho posible todo esto. ¡Ojalá hubiera más Ruth Galindo entre nosotros y, sobre todo, en estos puestos tan determinantes. Posiblemente, la crisis intelectual que tan arraigada está en estos tiempos, no tendría cabida
Muy agradecido:
Miguel Puche Gutiérrez

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